HORA TERCIA
      INVOCACIÓN INICIAL
    
    
      V. Dios mío, ven en mi auxilio
      R. Señor, date prisa en socorrerme.
      Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
      Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
    
    Himno: FUEGO DE DIOS A NUESTRAS FRENTES BAJE
    
    
      
Fuego de Dios a nuestras frentes baje,
intelecto de amor en ellas prenda,
y con lumbres de gozo y de martirio
nuestras almas encienda.
Como el viento, impetuoso; como el fuego,
candente, nuestro celo se propague,
¡y
      juzguen ebriedad de los sentidos
la divina embriaguez que nos embriague!
Todos transverberados, desechemos
nuestro albergue precario,
y escuche todo oído en toda lengua
el subversor mensaje del Calvario.
Nuevo
      diluvio de aguas cenagosas
trae en cruda zozobra nuestra barca.
¡Vuelve, Amor, con el ramo del olivo!
¡Vuelve, Paloma, a serenar el arca! Amén.
    
    
      SALMODIA
    
    
    
    Ant 1. El Espíritu Santo, viniendo del cielo, llenó invisiblemente el corazón de los apóstoles. Aleluya.
    
    
      Salmo 117 I - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA.
    
    
      
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del
      Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme
      el hombre? 
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar
      en los magnates.
      Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
      Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
    
    
      Salmo 117 II
    
    
      
Todos los pueblos me rodeaban, 
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en
      el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad:
      hay cantos de victoria 
en las tiendas de los justos: 
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No he de morir, viviré
para
      contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
      Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
      Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
    
    
      Salmo 117 III
    
    
      
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi
      salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea
      nuestra alegría y nuestro gozo. 
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor
      es Dios: él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es
      bueno,
porque es eterna su misericordia.
      Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
      Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
    
    Ant. El Espíritu Santo, viniendo del cielo, llenó invisiblemente el corazón de los apóstoles. Aleluya.
    
    
      LECTURA BREVE   1Co 12, 13
    
    
      
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
      V.  El Espíritu Santo. Aleluya.
      R.  Os lo enseñará todo. Aleluya.
    
    ORACIÓN
    OREMOS,
      Dios todopoderoso, haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu gloria, para que la claridad de tu luz fortalezca con la gracia del Espíritu Santo a los que, por tu bondad, hemos recibido en el bautismo una vida nueva. Por Cristo
      nuestro Señor.
Amén.
    CONCLUSIÓN
    
      V. Bendigamos al Señor.
      
        R. Demos gracias a Dios.